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¿Hablamos el mismo idioma?

15 de Abril del 2014

Basta atender a las conversaciones que surgen a nuestro alrededor para darnos cuenta cuando hombres y mujeres dialogan entendiéndose o no.

Como seres humanos, desde niños adquirimos diversas maneras de conversar con los otros, lo que facilitó que cada uno tomara un modelo de comunicación como eficaz o ineficaz.. Gestos, tonos altos, índices y manos afirmando las palabras que se transforman en señales que nos permiten decodificar si se comunican  de manera eficaz o no.

Así experimentamos y transitamos junto a personas que nos hablaron con tonos que nos generaban estados de alerta o miedo,  cuando los escuchábamos.  También con otros que ofrecían sus palabras acompañados de una cadencia que invitaba a escuchar y hasta aceptar.   

Es interesante contemplar que en el conversar nos encontramos con la forma de “Qué y Cómo” nos comunicamos.  El contenido nos orienta respecto del tema  que estamos desarrollando: ya que muchas veces podemos estar conversando sobre proyectos que terminan siendo sumamente importantes para nuestro estar en el presente o futuro y como también compartir el estado del tiempo, la congestión del tránsito, la vida que transcurre.  

Pensemos en alguna ocasión en la que nos encontramos saludando a una persona, y la misma nos devuelve el saludo preguntándonos si nos pasa algo o nos encontramos bien. Tal vez dijimos hola, o un saludo tradicional y recibamos una pregunta desde la otra parte.

Y esta puede ser de tipo: - Hola,  ¿te pasa algo? … O bien - ¡Hola! ¿Qué bien estas hoy!

Los signos de puntuación en este caso nos ayudan a presentar una situación en la que la persona pudo haber sido percibida como en un estado de displacer o bien de placer. Habrá otras ocasiones en la que el saludo no amerite ningún tipo de pregunta

Si analizamos el contenido, la persona  sólo dijo:-“Hola”. El tono de voz,  que suele ser acompañado por la postura corporal cuando estamos congruentes, pudo haber dado pista a quien escuchó esa palabra,  del estado interno o emocionalidad que la persona tenia.

Si limitamos el análisis de la comunicación que establecemos solamente a las palabras que utilizamos,  estaríamos recortando una parte de la comunicación. Los tonos de voz, la postura corporal, los gestos, las miradas, los silencios,  ofrecen información a los otros en el momento de comunicarnos con ellos. 

De acuerdo a investigaciones realizadas  en el momento de comunicarnos lo hacemos casi un 10% con las palabras, la llamamos comunicación verbal, y 90%  con lo que llamamos comunicación no verbal: tono de voz, gestos y postura corporal. Habitualmente, se suele  poner el acento en las palabras, frases o temas que se  transmiten, no teniendo en cuenta el resto de la información que se ofrece  a través de lo no verbal.  

Nuestra emocionalidad, el estado interno, que transitamos condiciona nuestra forma de actuar, y en el caso de las conversaciones, la tomamos como un factor condicionante a  nuestro escuchar y nuestro hablar. Acompaña a toda conversación y condiciona y genera el estilo comunicacional que establecemos con los otros, ya sea de manera consciente o no.

Conversar, diseñar o acordar espacios de trabajo, transmitir información, sugerir, pedir, ofrecer, evaluar, podemos manifestarlo diversas maneras. Tantas como el abanico de emociones que podemos  experimentar.

Luisa Cordeiro


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